El 8 de marzo recuerda y conmemora a las mujeres trabajadoras que murieron en un incendio ocurrido en una fábrica textil de Nueva York en 1908, cuando hacían una huelga, por reivindicar reducción de jornada, seguridad en el trabajo y tiempo de lactancia.
El Día Internacional de la Mujer fue instaurado en 1910 por la alemana Clara Zetkin, integrante del Sindicato Internacional de Obreras de la Confección, durante el Congreso Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague, Dinamarca.
Cuando se celebró el primer Día Internacional de la Mujer en 1911, más de un millón de mujeres participó públicamente en él. Además del derecho a voto y a ocupar cargos públicos, demandaban el derecho a trabajar, a la enseñanza vocacional y el fin de la discriminación en el trabajo, declarado por la Asamblea General de Naciones Unidas.
No fue hasta diciembre de 1977 que la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución proclamando el 8 de marzo como Fiesta Internacional de la Mujer.
El día 8 de marzo mujeres y hombres que trabajan por las causas de las mujeres conmemoran en todo el mundo los esfuerzos que éstas han realizado por alcanzar la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo.
Más allá de fronteras nacionales y diferencias étnicas, lingüísticas, culturales, económicas y políticas, las mujeres de los cinco continentes organizan diversos eventos para festejar este día.
Los derechos humanos de la mujer son parte inalienable, integrante e indivisible de los derechos humanos universales. La plena participación, en condiciones de igualdad, de la mujer en la vida política, civil, económica, social y cultural y la erradicación de todas las formas de discriminación basadas en el sexo son objetivos prioritarios de la comunidad internacional.
Las constituciones de muchos países reconocen la igualdad entre hombres y mujeres y aunque las mejoras en los últimos años han sido notables, todavía en muchas ocasiones no se respetan los derechos fundamentales.
La escuela y la educación en valores son los medios más efectivos para conocer y respetar esos derechos y rechazar cualquier tipo de discriminación. Los centros educativos deben abordar esta celebración para sensibilizar a la comunidad educativa sobre las desigualdades que por razón de sexo todavía existen en la sociedad y así favorecer la igualdad de oportunidades y mejorar la convivencia entre todas y todos.
Este día, tiene que servir también para reclamar y denunciar todos los abusos que siguen existiendo, contra la violencia de género, los malos tratos, la desigualdad salarial y de derechos con los hombres.
La independencia de la mujer, pasa por su independencia económica. No debemos educar a nuestras hijas para ser buenas amas de casa; eso no es un trabajo porque no esta remunerado; eso es un deber de los dos, mujer y hombre, hombre y mujer. Niños y niñas educados de la misma manera, sin distinción de tareas ni de oportunidades, nos dará el resultado de hombre y mujeres más preparados y más justos.
El 8 de marzo no es un día lúdico ni de celebraciones; es un día de recuerdo y de homenaje a todas esas mujeres y hombres que han dado su sangre y su vida por los derechos de la mujer. Un día para seguir reivindicando la igualdad, en todos y cada uno de los ámbitos de la vida. Hombres y mujeres somos distintos, sí, pero ningún género es mejor o peor que el otro. Ningún ser humano tiene más derechos que otro. Y cualquier discriminación merece el más absoluto de nuestros desprecios.
¿VIVA LA MUJER? ¿VIVA EL HOMBRE? NO, ¡VIVA EL SER HUMANO EN SU INTEGRIDAD Y VIVA LA IGUALDAD!
No hay comentarios:
Publicar un comentario