La
selección Colombiana arrancó este martes una sacrificada y valiosa
victoria en la altura de La Paz, donde doblegó 2-1 a Bolivia, por la
segunda fecha de las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de
Brasil 2014.
El once del altiplano cosechó su segunda derrota consecutiva, luego de caer 4-2 ante Uruguay en Montevideo el pasado viernes y ahora tiene la dura tarea de enfrentar, como visitante, el 11 de noviembre a Argentina y cuatro días después a Venezuela.
Colombia será local el 11 de noviembre ante Venezuela en la ciudad de Barranquilla y luego, en su mismo patio, ante la albiceleste.
En los primeros minutos del partido en el estadio Hernando Siles de La Paz, los ''altiplánicos'' llevaron la iniciativa, aunque con poca sorpresa.
Los ataques pasaron insistentemente por los pies de Juan Carlos Arce, lanzando centros a Marcelo Martins y a Pablo Escobar, el paraguayo naturalizado boliviano, quien se plantó más retrasado.
Si bien Bolivia tenía la misión de generar fútbol, el equipo del técnico Leonel Alvarez iba al contragolpe, a los 21 y 23 Dorlan Pabón y James Rodríguez (Porto, Portugal), respectivamente, estuvieron cerca de abrir el marcador, con una defensa local más ocupada de clausurar su sector central.
Los cafeteros, en el contragolpe, mantenían la idea de definir de primera, sin perder tiempo en los toques.
El técnico de la ''verde'' Gustavo Quinteros insistió en que el medio sector debería bloquear más a Colombia, retomar la iniciativa y lanzarse con rapidez al ataque.
Con esas instrucciones, Martins, Escobar y Arce se movieron más en la ofensiva y ensayaron varios disparos de media distancia, pero la meta David Ospina (Niza, Francia) se mostró solvente y contó con una dosis de fortuna en alguna otra incidencia.
Colombia tenía orden en sus líneas y firmeza en la defensa, anulando todos los ataques contrarios con un tinte de desorden. Luis Amaranto Perea (Atlético de Madrid, España) y Aquivaldo Mosquera (América, México) le dieron seguridad a la zaga.
El técnico Alvarez mostró en la estrategia que sabía cómo le iban a plantear el partido los bolivianos. Controlar a los bolivianos era la instrucción que se mantuvo invariable, mientras los locales insistían, insistían e insistían.
Colombia abrió el marcador a los 48 minutos, cuando el segundo tiempo aún estaba frío. James Rodríguez lanzó un sombrero detrás de las líneas bolivianas para su compañero Dorlán Pabón, quien doblegó en el mano a mano al arquero boliviano Daniel Vaca.
Las graderías enmudecieron y luego se escucharon gritos para que los altiplánicos se fueran al ataque, no importara cómo: triangulando o disparando de media, corta y larga distancia.
La presión logró sus frutos, Bolivia a los 84 igualó el marcador, cuando el volante Wálter Flores remató de larga distancia para vencer al arquero colombiano, de gran actuación.
Los gritos desde la tribuna eran por no descansar, no bajar los brazos, por seguir insistiendo, mientras los cafeteros trataban de controlar a un desordenado equipo boliviano.
El DT colombiano había metido en la cancha a la máxima estrella Radamel Falcao, quien era la esperanza para obtener la victoria, Álvarez no se equivocó y el jugador del Atlético de Madrid español selló la victoria a los 90, cuando todos suponían que el partido terminaría igualado.
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