El detenido reconoce parte de los crímenes cometidos
La Policía noruega ha informado de que Anders Brevik, presunto responsable de la masacre de 85 jóvenes que acudían a una conferencia de las juventudes del Partido Laborista en la isla noruega de Utoya, ha confesado ya "algunos" de sus crímenes a las autoridades, que han confirmado que la explosión previa registrada en Oslo se ha debido a un coche bomba y que el número de muertos por este atentado podría aumentar.
"El atacante ha confesado que se encontraba en la isla, que tenía acceso a armas y que había abierto fuego", declaró el jefe policial en funciones, Sveinung Sponheim, quien precisó que el tiroteo se prolongó durante una hora y media y "todavía hay entre cuatro y cinco desaparecidos". Brevik, apuntó, está siendo interrogado en la comisaría de Policía de Oslo, en el centro de la capital noruega.
La hipótesis de un segundo tirador
Anders Behring Breivik no habría actuado solo en la matanza que tuvo lugar este viernes en la isla noruega de Utoya, según señalaron los medios locales este sábado. El periódico
VG informó de la posibilidad de un segundo implicado. Un portavoz de la Policía habría confirmado los testimonios de algunos de los supervivientes de la matanza que decían que los disparos provenían de dos direcciones.
Por el momento, la masacre que tuvo lugar en el campamento de las juventudes del Partido Socialdemócrata ha dejado tras de sí 84 muertos, aunque las autoridades advierten que esta cifra podría aumentar, ya que
muchos de los jóvenes que huían se lanzaron al agua para intentar escapar de los disparos. Este tiroteo tuvo lugar después de que un coche bomba estallase en el centro de Oslo causando otros siete fallecidos.
El único detenido por estos sucesos, Anders Behring Breivik, un joven noruego de 32 años, islamófobo y calificado por algunos medios de fundamentalista cristiano, fue arrestado después del tiroteo en el campamento de la isla de Utoya.
Según testigos, se identificó como policía para ingresar en el campamento y argumentó que iba a supervisar su seguridad. Inmediatamente después estalló la tragedia, al disparar a discreción aparentemente con dos armas mientras el pánico se adueñaba de los presentes.
La policía parte de la base de que el hombre habría efectuado el tiroteo en Utoya, a unos 40 kilómetros de la capital, tras haber colocado el coche bomba en el centro de Oslo.
Por su parte, el primer ministro noruego,
Jens Stoltenberg, que debía de acudir este sábado al campamento de las juventudes de su partido, indicó a la prensa que no se podía confirmar si el agresor había actuado solo o en compañía. El
premier calificó los hechos como la peor tragedia que ha vivido Noruega desde la Segunda Guerra Mundial.
"Fue un ataque al paraíso de mi juventud, convertido ahora en un infierno", describió Stoltenberg, emocionado, ante la tragedia ocurrida en el lugar donde él mismo había participado en campamentos juveniles y donde le esperaban ahora correligionarios y amigos.
Los supervivientes relatan la tragedia
Los adolescentes que estaban en el campamento junto al lago huyeron despavoridos, muchos saltaron al agua para salvarse, cuando el atacante comenzó a disparar contra ellos, dijeron testigos. "Vi gente saltar al agua, unas 50 personas nadando hacia la costa. Lloraban, temblaban, estaban aterrorizados", dijo
Anita Lien, de 42 años y que vive en la costa del lago Tyrifjord, a unos cientos de metros de la isla Utoeya. "Eran tan jóvenes, de entre 14 y 19 años", agregó.
Jorgen Benone, uno de los supervivientes, dijo: "Era el caos total (...) Creo que varios perdieron la vida mientras intentaban llegar a tierra". "Vi personas que recibieron disparos. Intenté quedarme lo más quieto posible. Estaba escondido detrás de unas piedras. Lo vi una vez, a apenas 20, 30 metros cerca de mi. Pensé que mi vida estaba en peligro, pensé en todas las personas que quiero", agregó.
"Yo vi algunos botes, pero no estaba seguro de que pudiese confiar en ellos. No sabía en quién podía confiar", declaró.
Una superviviente de 16 años llamada Hana dijo al diario noruego
Aftenposten: "Todos nos habíamos reunido en la casa principal para hablar sobre qué había ocurrido en Oslo. De repente, escuchamos disparos. Primero pensamos que era una tontería. Luego todos comenzaron a correr". "Vi a un policía de pie con tapones en los oidos. Dijo: 'Quisiera reunirlos a todos'. Luego corrió y comenzó a disparar contra la gente.
Nosotros corrimos hacia la playa y comenzamos a nadar", agregó. Hana dijo que el hombre disparó contra las personas que había en el agua.
Muchos buscaron refugio en los edificios mientras se escuchaban disparos en la isla, en la que se realizaba el campamento anual del ala juvenil del Partido Laborista, la fuerza dominante en la política noruega desde la Segunda Guerra Mundial. Otros huyeron hacia el bosque o intentaron nadar hasta un lugar seguro.
Dos trágicos escenarios
Las primeras informaciones sobre lo ocurrido en la isla se produjeron mientras las televisiones noruegas difundían imágenes del atentado en la capital, con escenas de personas ensangrentadas.
La potente detonación había causado graves destrozos en cuatro edificios gubernamentales y otros inmuebles vecinos y la policía procedía a evacuar la estación central de ferrocarril, centros comerciales y redacciones de los principales medios del país.
A partir de ahí, las informaciones sobre ambos atentados se solaparon durante horas, en medio de una gran confusión.
Si inicialmente toda la atención se concentró en la capital, de la que llegaban imágenes de edificios destrozados y ciudadanos heridos, a medida que avanzaban las horas se trasladó a la isla, donde finalmente se confirmó la matanza de dimensiones catastróficas que ha sacudido a toda Noruega.